Niña en sus ojos Reina en su tierra

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Jazmín salió de la oficina y se encontró con Max y Aragón en el pasillo, ambos concentrados en sus celulares, claramente estaban metidos en pleno juego.

Ambos estaban tan enganchados que ni siquiera notaron cuando Jazmín se les acercó.

“Maldita sea, este Yasuo se mueve tanto que no puedo controlarlo”, se quejaba Max.

“¿Este Yasuo se está burlando de nosotros? Dice: Llámame amo y ruega que no te mate, tal vez te deje vivir un poco más. ¡Diablos, realmente nos está burlando!”¡Estoy que me hierve la sangre, se está burlando de nosotros! Ah, tengo que’matarlo al menos una vez.”

“¡Diablos, y yo que muero otra vez! Este tipo sigue burlándose de nosotros. Me dan ganas de atravesar la pantalla y arrancarle la boca, está demasiado pasado.”

Max estaba tan enojado que tenía ganas de estrellar su celular contra el suelo.

“Ya fue, esto no tiene gracia, mejor nos rendimos. Vamos a salir y denunciar a este idiota.”

“Yo tampoco quiero seguir, voy a rendirme”, le dijo Aragón con una cara de pocos amigos y procedió a iniciar la rendición.

Justo cuando Max iba a aceptar la rendición, un movimiento en su periferia le llamó la atención. Se giró y, sorprendido, exclamó: “¿Jaz? ¿Cómo saliste tan rápido?”

Habían jugado apenas dos partidas, y la segunda ni siquiera la habían terminado. No había pasado ni siquiera una hora.

Pensaba que ella estaría ocupada con el examen por mucho más tiempo.

“¿Ya terminaste con el examen?” le preguntó, mientras en el juego, Max estaba en proceso de

resurrección, faltando solo diez segundos para volver a la acción.

“¿Tan rápido?” Max miró su celular y luego levantó la vista nuevamente, asombrado. “Pero si solo han pasado cuarenta minutos, ¿ya acabaste todo el examen?”

“¿Cuarenta minutos? Ah sí, ya terminé”, le dijo Jazmín levantando una ceja, casi queriendo corregirl pero luego decidió dejarlo pasar.

“No puede ser, Jaz, pensé que tendríamos que esperar al menos dos horas. ¿Entregaste el examen tar pronto? ¿Terminaste toda la prueba?” Max estaba escéptico, preguntándose si Jazmín había entregad el examen tan rápidamente porque era demasiado dificil y había dejado muchas preguntas sin responder.

“¿Qué clase de pregunta es esa? Claro que terminé”, le dijo Jazmín, desinteresada en seguir hablando del examen. Miró el celular de Max, viendo que ya había revivido en el juego, y le extendió la mano.

“Préstamelo.”

Max se quedó confundido por un momento: “¿Qué cosa?”

“Tu celular, damelo”

“¿Ah? Oh, ¿quieres jugar, Jaz?”

Sabiendo que a Jazmin también le gustaban los videojuegos, Max pensó que ella quería jugar después de verlo a él. Le pasó el celular y, recordando la partida actual, le advirtió: “Sal de esa y empieza una

nueva. Esta partida nos topamos con un idiota, Aragón y yo ya nos rendimos. Empieza una nueva tú.“

10:03

Capitule 584

Jazmin tomó el celular, navegó por la pantalla un momento, y entonces, con destreza, se lanzó al combate desde la base

Observó el récord de Max, 1-7-2, una marca bastante desastrosa. Pero el juego ya llevaba casi veinte minutos, y ambos equipos tenían buen equipamiento, no había una gran diferencia que justificara una paliza.

Así que solo quedaba la habilidad como factor determinante.

“Si Yasuo se ha estado burlando tanto de ustedes, ¿no quieren devolverle el golpe?”