Capítulo 32
Capítulo 32
Capitulo 32
– Eso no es de tu incumbencia. Sea lo que tenga que pasar entre nosotros ya pasó. Tú no sabes cuinto m e ama. El me da todo lo que le pido.–Helen levantó la mirada con dicha.
Anastasia quedó atónita por unos segundos.
«Parece que ya han dormido juntos. Creo que subestimé las habilidades de Helen.»
–Anastasia, no me digas te has enamorado de él también.–Helen sugirió.
– ¿Qué? ¿Tienes miedo de que te lo robe?– Anastasia no era tonta. Claro que Helen temía por eso y no la dejaría en paz.
– Tu… Tú no eres capaz de quitármelo.–Un odio se mostró en los ojos de Helen.
Anastasia se sentia incómoda al recordar el beso accidental en el auto la noche anterior, Si Elias de verdad durmió con Helen, Anastasia no quería algo intimo con él.
–No te preocupes, todo lo que haya sido usado por ti es basura para mí.—ella respondió con frialdad.
–Entiendo, entonces le diré a Elias cada palabra que dijiste.– proclamó Helen al dar por sentado que Anastasia temeria por haber dicho algo malo.
Al contrario, Anastasia se hallaba generosa.
–– Entonces asegúrate que no te olvides de ninguna sílaba. Intenta imitar mi voz para que sea más convinc ente.
La impresión era evidente en los ojos de Helen, Anastasia desbordaba confianza desde la cabeza a los pies, a lo cual Helen le tenía envidia. Helen por fin se retiró e hizo que Anastasia dejara sali r un respiro. Si Helen llegaba a alardear, ella tendria una cucharada de su propia medicina.
Mientras tanto en la oficina del presidente, Helen tocó la puerta.
–—Pase–respondió una voz masculina gruesa y chutivadora.
Ella abrió la puerta para ver una figura masculina sentada en el sillón, luego lo llamó con su dulce voz:
–Elias.
Él entrecerró los ojos y preguntó:
– ¿Qué haces aquí?
–Estaba aburrida y fui a caminar –– dicho esto, Helen mordió sus labios rojos con pena y luego tomó asiento a su lado y se quedó en silenci o.
– ¿Qué sucede? ¿Alguien te molestó?– él podia presentir que estaba molesta.
– Acaba de ver a Anastasia. Queria disculparme por lo que pasó la última vez, pero ella… Ella se
Thus a aceptar mis disculpas y me corrió. Incluso ella dijo…
!ias runció el cero.
–Que fue lo que dijo?
— Ella preguntó por nuestra relación, así que tenemos una relación súper intima. Luego, ella dijo que todo l o que yo toco es sucio para ella. –Los ojos de Helen estaban llenos de descontento. This content belongs to Nô/velDra/ma.Org .
Elias de inmediato entendió que lo sucio era él, de acuerdo con lo que dijo la mujer. No pudo evitar más que mofarse con discreción.
– Yo? Sucio? Entonces, ¿por qué tomó la iniciativa en besarme anoche? Ahora, edice que yo soy alguien sucio? Qué mujer tan malagradecida.»
Helen observaba en secreto las expresiones del hombre a su lado. No obstante, divagando e inmerso e n sus pensamientos sin intenciones de ser condescendiente con ella.
Acaso Elias no sabe que Anastasia lo estaba insultando?
— De acuerdo, no vengas a la compania a menos que sea algo importante. Suficiente amargura hay en este nuevo.—Elias procedió a consolarla con la intención de darle una indicación.
– ¿Y site extrano?
–– Iré a verte cuando tenga tiempo. De lo contrario, también puedes marcarme al teléfono, mandar un mens Elias miró a Helen y aunque ella le dio una impresión diferente de la que le dio hace 5 anos, él no la habr
Mientras Helen contemplaba el perfil griego de aquel hombre, su atención de pronto se dirigió a la marca
–Elias, ¿qué le pasó a tu cuello?
– Nada, solo una reacción alérgica.–Elias ajustó el cuello de su vestimenta para esconder la
marca.
– Cómo te la hiciste?
:––Soy alérgico a los mariscos.–procedió a explicar en voz baja al mismo tiempo que se levantaba
– Por favor, dame un momento en lo que respondo algunos correos electrónicos.
Elias caminó hacia su escritorio mientras que Helen fue al tocador de la oficina para arreglar su maquillaj
– Chicas, lo he visto con claridad cuando fui a entregar los documentos hace poco. Esa marca en el cuello